Mi biografía

En Casares de Hurdes vivió mi abuelo materno, que era el secretario del pueblo. Mi madre y sus hermanos vivieron muchos años en ese pueblecito hurdano. Al trasladarse a la Alberca mi madre se casa con un albercano de pura cepa y como fruto del amor he nacido yo, el en el 20 del mes de mayo del 1942, soy el tercer hijo de siete hermanos.

 

    La Alberca, al sur de Salamanca y escondida en el corazón de la Sierra de Francia, era conocida por los romanos como Valdelaguna, sin duda, por la abundancia de manantiales y fuentes que rodean al pueblo, aunque su actual nombre, que ya aparece en escritos del siglo XIII, procede de la palabra hebrea “bereka” y del artículo Árabe “al”, “Al-bereka”.   Es colindante con la comarca cacereña de las Hurdes.

   La sierra de Francia es uno de los entornos de mayor tradición turística de Salamanca. Mi pueblo de la Alberca tiene montañas cercanas a los 1.500 m. Su falda norte se extiende con laderas prolongadas hasta la depresión del río Francia. La falda sur se precipita hacia el valle de Batuecas, por pendientes abruptas y roquedos escarpados de increíble y áspera belleza.

   La Sierra de Peña de Francia, que es la más elevada, con la inconfundible silueta de la Peña de Francia (1.723 m.) Coronada por un Santuario Mariano, elevado sobre un resalte rocoso de más de 200m., cortado a cuchillo. Donde se venera la Virgen Morena de la Sierra, sirve de excelente mirador natural desde donde se puede contemplar toda la comarca, pueblos vecinos y parte de las cercanas tierras cacereñas. Se venera en este Santuario a la Virgen bajo la advocación de Peña de Francia y lo cuidan los frailes dominicos y su cercanía a mi pueblo es causa de mi elección o vocación dominicana.

 

 Todos los albercanos tenemos la costumbre de subir un día a año a visitar a la Virgen, que como un faro ilumina y guía a todos los albercanos. Al norte, entre el río Francia y la Sierra de las Quilamas, se extiende un territorio menos quebrado, con intensa vegetación y pequeñas elevaciones.

  A los pies del inconfundible perfil de la Peña de Francia, se abre el profundo y hermoso Valle de las Batuecas, sorprendente espacio natural de gran belleza y valor arqueológico, con sus pinturas rupestres y el singular Monasterio Carmelita.  “En el Valle de Batuecas algunos escritores clásicos han querido situar el bíblico Paraíso Terrenal o el mitológico jardín de las Hespérides, sin duda, atraídos por la majestuosidad de su paisaje y por la abundancia y variedad de su vegetación”.

   Los ríos Francia y Batuecas recorren el territorio oeste a este y forman estrechos y profundos valles. A la orilla del río Francia que separa los terrenos de la Alberca y Sanmartín del Castañar, mi padre tenía una finca, llamada la Ferrería al ser una antigua fundición de hierro y fue donde transcurrieron mis mejores años de mi infancia. La finca tenía de muchas clases de árboles, como cerezos, ciruelos, moreras, castaños, nogales, manzanos, parras, higueras, melocotones,… La ganadería predominaban las vacas, ovejas, cabras, gallinas, cerdos ibéricos,… La pesca de la trucha en el rió Francia  y sus pequeños arroyos era una de mis labores preferidas. Los recuerdos de mi infancia en contacto con la naturaleza rica de estos valles no pudo ser mejor. El recuerdo de correr por este valle buscando los animales al llegar la tarde para llevarlos al establo y ordenarlos es imborrable en mis ojos.    

   La Sierra de Francia presenta parajes auténticamente selváticos, en los que se mezcla una tupida vegetación de tipo mediterráneo y atlántico, con resaltes rocosos de formas acastilladas y pedregales, todo ello, sobre el suelo accidentado. La busca elevación de las montañas sobre la llanura, la depresión que forman los valles de los ríos y la intensa vegetación, hacen que las nubes oceánicas se queden prendidas sobre la Sierra y descarguen su humedad.

   La Sierra de Francia tiene unos componentes judaico-moriscos, que se manifiestan de una forma evidente. Esta ascendencia puede tener su origen en la limpieza étnica y en la unidad religiosa pretendida por los Reyes Católicos, la cual provocaría el asentamiento de una fuerte contingente de estas dos etnias en esta zona periférica y alejada. Sea como sea, la verdad es que la Sierra de Francia aparece como uno de los lugares peninsulares donde se manifiestan las influencias moriscas y semíticas con más fuerza.

  

 La arquitectura de sus casas y el trazado de sus calles es una síntesis de elementos judaicos, islámicos y cristianos. Las calles son verdaderos laberintos urbanos; las plazas son recoletos rincones; las casas aparecen suspendidas en voladizos que impiden la penetración del sol y dan este ambiente de recogimiento y de intimidad, tal y como sucede en las juderías y en el cashah árabe.

Los dinteles de las puertas están profusamente grabados con inscripciones marianas y con las iniciales JHS. Esta abundancia de símbolos cristianos, manifestados al exterior, responde el deseo de mostrar públicamente la condición cristiana de los moradores de la casa. Esta actitud es característica de los judíos conversos.

   La vivienda apenas se comunica con la calle por reducidos ventanucos, los cual le da ese ambiente recoleto e intimista. Su estructura interna responde as un concepto cultural, en el que la vida familiar gira intensamente en torno a una gran sala central.

   El incuestionable atractivo de La Alberca lo certifica su declaración, en 1940, como Conjunto Histórica-Artístico. La arquitectura popular se conserva en sus edificios y lugares significativos como la Plaza mayor porticada; pero es, sobre todo, su conjunto con sus pintorescos rincones, lo que hace de La alberca un lugar especialmente Atractivo. Uno de sus edificios más importante es su iglesia parroquial siglo XVIII con su esbelta torre del siglo XVI. En su interior pueden admirarse, entre otras obras de arte, un bello púlpito de piedra berroqueña policromada del siglo XVI, un reseñable Cristo del Sudor y una talla del S. XII de la Virgen de majadas.

   Pasear por La Alberca es una experiencia sorprendente, por la belleza de su casco antiguo, por el trazado medieval de sus calles empedradas, por sus casas típicas con sus inscripciones y escudos de época.

 

   Mí pueblo y mis paisanos a los que tanto amo, no pueden entenderse y comprenderse sin sus manifestaciones religiosas. Por ello, en mi intento de conocerme y conocer mis raíces, nos aproximamos a sus recintos sagrados. Los primeros recintos sagrados son las refugios de las pinturas rupestres de Batuecas, Valle de Lera y sobre todo la Ermita de Majadas Viejas; en el campo de rocas contiguo a la ermita hay vestigios que delatan el desarrollo  de un culto panteísta al aire libre. La propia ermita conserva elementos visigóticos. La imagen romántica de Ntra. Sra. De Majadas Viejas, que se conserva en la parroquia de la Alberca, es tal vez la imagen más antigua de toda la Sierra.

   Próxima a Majadas Viejas están las ruinas de la ermita de S. Pedro y un poco mejor conservadas de la ermita de San Marcos, en una privilegiada atalaya sobre el cañón del rió Francia y desde este mirado se contempla la Ferrería, finca de mis padres donde trascurrió lo mejor de mi infancia. En medio de un frondoso bosque, se encuentra la piedra de los sacrificios de los primitivos pobladores de estos lugares y algunas de signos pétreos que ponía sobre sus tumbas.

 

 

  Pero es la Peña de Francia  el recinto sagrado más universal y el que mejor sincroniza con la espiritualidad ancestral y actual de la Sierra. La Peña de Francia es la Montaña Sagrada, el lugar más elevado que, desde antiguo, ha comunicado al hombre con la divinidad. Desde su cumbre se domina toda la Sierra; esta sensación de dominio y de elevación, ha operado como centro de atracción espiritual, como recinto sagrado, ocupado por el hombre desde antiguo.    En su cumbre se percibe la proximidad del cielo. Los agentes naturales operan con fuerza. El rayo, la tormenta, el viento, el frío o la nieve se manifiestan en toda plenitud e impiden la permanencia del hombre en la cumbre. Incluso, de las profundidades de la tierra, brotan los manantiales de agua fresca en las fuentes de Pobre y de la Buitrera. Son todas estas fuerzas seductoras las que atrajeron desde antiguo a los hombres hacia la cumbre de la Peña, y la convirtieron desde el principio en lugar sagrado por excelencia.

   Y como conclusión de todo ello, como prueba de continuidad, como manifestación sincrética: Ntra. Sra. La Virgen de la Peña, la Virgen Negra, la Virgen escondida por los primeros cristianos en una cueva, y hallada, pasados los siglos por Simón Vela. Los frailes dominicos sus custodios con su espíritu abierto, acogedor, investigador de las ciencias religiosas, los que sembraron en mi persona esa misma vocación. El silencio, el estudio, la contemplación y la búsqueda de la verdad para poderla predicar a la gente.

  

   Los trajes tradicionales de mí pueblo está considerados como los más ricos de la península, son muy variados, vistosos los femeninos y sobrios los masculinos, pero todos ellos de una indudable belleza y elegancia. El traje serrano presenta influencias igualmente moriscas. A parte del carácter sobrio y severo del traje de Ventioseno, hay que destacar ciertas alhajas del traje “de vistas”, como son amuletos, relicarios, medias lunas, cajitas de plata, truchas articuladas, corazones de novia, castañas de indias, higas, pezuñas de la Gran Bestia, sonajeros, etc.; elementos decorativos de plata y coral, con significado simbólico muy definido en esas dos culturas. 

   Los bordados con sus motivos vegetales geométricos y de representaciones zoomórficas, son otro elemento definitorio, con un contenido simbólico rico, que delata unas conexiones muy profundas con el mundo islámico y semítico.

   La localidad se encuentra rodeada por numerosas ermitas: del Humilladero, San Blas, San Antonio, Majadas Viejas, las ruinas de San Marcos y otras muchas, hoy desaparecidas. La fiesta albercana por excelencia es la de la “Diagosto”, por celebrarse el día 15 de agosto y en la que los albercanos nos vestimos magníficos trajes tradicionales, al igual que nuestros antepasados.

   Otra de las fiestas de mí pueblo más hermosas es la del Corpus Christi, en la que se pulen balcones y ventanas con colchas y paños bordados y se adornan las calles por donde va a pasar la procesión. En mis años de infancia y posteriormente en mis visitas a mi pueblo ayudaba a poner  sus mejores bordados. En el ofertorio que se celebra con posterioridad a la procesión pueden contemplarse también los mejores trajes de mis paisanos y paisanas.

   Mi pueblo conserva muchas tradiciones religiosas y políticas. Una de las tradiciones religiosas más antiguas en La Alberca es la de la Moza de Animas. Todos los días del año, al oscurecer, sale la Moza de Ánimas recorriendo el pueblo y parándose en las esquinas, hace sonar tres veces una esquila y entona una salmadia por todos los difuntos:

   “Fieles cristianas acordémonos de las almas del Purgatorio, con un padrenuestro y un avemaría por los que están en pecado mortal para que su Divina Majestad los saque de tan miserable estado”.

   Los días del “pendón” y la “Romería” son otras de las fiestas tradicionales que se conservan en La alberca. Esos días el ayuntamiento invita a los vecinos y visitantes a un trago de vino.

 “Yo, doña Maria de Toledo, Duquesa de Alba, Marquesa de Coria… Hago saber a vos Bernaldino de Henao, corregidor que sois de la mi villa de Granada, e a otro cualquiera que de aquí en adelante fuere, e a vos los alcaldes e Regidores e Procurador del Concaijo de mi lugar del Alberca… Sacar el Pendón sobredicho, el día que se dice que se saca, pueda el dicho Concaijo dar el vino habiendo en todo moderación y no desorden. Y mando a las dichas mis justicias, que no impidan al dicho Concaijo de la Alberca lo gozan desto por mi mandato e permitido. Fecha en la mi villa de Alba, a siete de mayo de mil e quinientos e cuarenta e siete años. Yo La Duquesa Marquesa”.

 

   Sin estas pequeñas y rápidas pinceladas de donde nací, no podéis comprender mí personalidad de dominico, sexólogo y muchos de los PPS que encontraréis en la  página.  Soy un albercano, equivalente a constante y tozudo,  que teniendo en contra al principio todo lo que me rodeaba y la educación de los que me formaron, decidí emprender hace muchos años, después de terminar los estudios de filosofía y teología con los dominicos, la labor peculiar y sorprendente en aquellos momentos: profundizar en el tema de la sexualidad humana desde una postura holística cristiana.

   El no ver la sexualidad humana en las ciencias teológicas como unos de los dones o regalos más valiosos, que la mano bondadosa y creadora de Dios nos dio. Unido a mi experiencia pastoral, que veía a la gente sumida en el mito, vergüenza, culpabilidad, impureza y pecado, que les impedía vivir una espiritualidad cristiana sana, positiva y liberadora, me llevó a pensar en la necesidad más imperiosa y urgente de realizar los estudios en sexología, para poder llevarles a esas personas una vida cristiana de buena noticia y mas alegre y gozosa y realizadora de sus personas.  

 

   Partiendo de las pocas ayudas, que en ese momento me ofrecía la sexología española y europea, partiendo de ellas con una trabajo autodidacta me fui abriendo paso por múltiples caminos donde he dejado patente una nueva interpretación del tema que ha significado para mí y los que se han unido a mi camino, un aire fresco en muchos ambientes cristianos y no creyentes. Mi producción sexológica ha sido el fruto de mucha investigación, esfuerzo, trabajo y tesón. Hoy esta autoridad reconocida y apreciada, me ha abierto en el campo de la enseñanza, orientación y terapia sexual grande horizontes y muchísimas puertas, con las que no podía soñar de no haber dejado mi amada Alberca.

 

   Mis estudios de filosofía en Caldas de Besaya con los dominicos, gracias al P. Burgaleta hijo de un gran medico cirujano, fueron mis primeros pasos a ese mundo futuro del estudio de la sexualidad. Los veranos vividos en el santuario de Montes Claros cerca de Reinosa, me pusieron en contacto con los diarios de Ana Fran, Ana Maria, Daniel y sobre todo la “edad Prohibida” de Torcuato Luca de Tena y otros autores prohibidos por esas fechas, me iniciaron en la curiosidad por indagar y conocer estos misterios. La tesina del final de los estudios de filosofía la realicé sobre la corriente del amor libre, que comenzaba a imponerse en Europa de aquella época.

   Terminada la filosofía marché a Salamanca a iniciar los cinco años de la licenciatura de teología en la facultad de los dominicos de San Esteban. El gusanillo de la sexualidad había crecido y los artículos y libros que caían en mis manos eran leídos con un gran interés e entusiasmo, aunque un poco en lo oculto para evitar problemas de mis formadores. Uno de los libros que por estas fechas cae en mis manos, es el libro de la familia de Lecler en Ed. Herder. Todavía recuerdo como si fuera hoy, dos de sus capítulos titulados: “La sexualidad del hombre y “la sexualidad de la mujer”. Estando leyéndolos entró en mi habitación el padre maestro y me dijo: Te das cuenta lo que estas leyendo, “yo inocentemente conteste”: la sexualidad de la mujer. Yo creo que no tienes vocación y deberías marcharte. Yo si que creo que tengo vocación y no deseo marcharme. Y termino nuestra conversación sobre el tema, sin más problemas.

 

   Un libro que leí por estas fechas y era de los primeros que se publicaban en España, no recuerdo la editorial, pero me marco para siempre. El libro se titulaba: “El tao de amor”. Uno de sus capítulos hablaba sobre la masturbación, campo de batalla en la moral de aquel entonces y problema numero uno de las confesiones y culpabilidades de los púberes y adolescentes dentro de nuestros estudiantados. Comenzaba el capitulo del modo siguiente. El mozalbete le preguntaba a su maestro espiritual. Maestro, me masturbo, que me dices. Mozalbete en este momento haces lo que debes y puedes, pero si te quedas aquí, en l arte de bien amar, serás siempre un imperfecto. Frente a este maestro hinduista y los que yo tuve, había una gran diferencia. A los cristianos en nuestra formación no te hablaban de este problema, que nos amargaba a todos y encima te condenaban al pecado y la culpa, sin otros horizontes para el mañana. Esto ha motivado en mi, que este tema haya sido uno de los principales campos de investigación mi profesión de sexólogo.

   Por estas fechas comienza a desarrollarse en Francia los movimientos matrimoniales de espiritualidad. Nace el movimiento de “N. S. de Paris”. Yo sin terminar los estudios de teología comienzo a dirigir un grupo de matrimonios salmantinos. Rápidamente me di cuenta de la ignorancia en el tema y lo poco que yo sabía, me consideraban un entendido en estos temas. Todavía tengo la cartera que me regalaron, cuando dejé Salamanca para trasladarme a Madrid, con la fachada de la universidad grabada.

   En San Esteban se publicaban unos cuadernos de predicación. Los dedicados a la temática de la familia fueron dirigidos por mí. Ya en mis estudios de teología veían en mi el interés y la preocupación por este tipo de temas. El día de mí profesión solemne me pusieron un bufete de nogal y sobre él un revolver y al fondo en la pared un retrato de Marilyn Monroe. Sobre la mesa tenía una carta escrita y una de las cosas que ponía los compañeros antes de hacer mis votos para siempre. Era esta frase: “Todavía esta a tiempo”. Nunca he dudado de mi vocación religiosa y menos por cuestiones sexuales.

   Pero tengo que reconocer, que siempre he buscado poder entender y armonizar mi celibato y vida sexual. Hasta el Concilio Vaticano II me fue difícil encontrar una respuesta profunda y explicativa. Por aquellos años el concepto de sexualidad era una sinonimia de genitalidad. Desde el mito del coitocentrismo que dominaba y domina nuestra cultura occidental era muy difícil de encontrar una justificación de la sexualidad célibe, que a su vez no la negara. Hoy ya sé que es una sexualidad de minorías, pero una de tantas formas de vivir la sexualidad. Un camino diferente de vivir el amor por dedicarme a construir el Reino de Dios. La gran utopía de Jesús desde la que se puede relativizar todo, hasta la propia sexualidad. Los compañeros de orden al ver mi interés por estos temas, me llamaban “el erótico” y “señor de las cuestiones verdades”…

 

   El trabajo presentado para la licenciatura en teología fue: “el matrimonio camino de perfección”. No olviden que dentro de la Iglesia cristiana era tiempos en que los esposos empezaban a ser tenidos en cuenta dentro de la Iglesia. Terminada la teología mis superiores me propusieron dos salidas. Una era marchar a tierras de Hispanoamérica para evangelizar aquellas tierras y la otra era ir a Madrid a realizar los estudios de pastoral. Yo no me encontraba preparado para lo primero y no lo veía claro en aquellos momentos y decidí por los estudios de psicología-pedagogía-pastoral  en la universidad de comillas regentada por los jesuitas.

   La tesis de esta diplomatura en pastoral me aporto grandes conocimientos en la materia. La tesina realizada para obtener el titulo fue sobre la pastoral del noviazgo. La Iglesia comenzaba a exigir a los que se casaban unos cursillos para madurar y dar bien este paso. He estado casi 38 años impartiendo cursillos prematrimoniales en la diócesis de Madrid. El tema impartido ha sido la sexualidad de la pareja y he sido siempre muy bien acogido por las parejas y muchas después de casados me solicitaron la ayuda terapéutica.

 

   Terminada la pastoral me destinaron al albergue de S, Martín de Porres para transeúntes y fue para mí un paso de capital importancia en mi madurez afectivo-sexual para mi vida posterior. Estuve un año aquí.

En mi destino de Palencia se comenzó a cumplir mi gran ilusión como dominico: dedicarme a la palabra y con ella evangelizar. Eran momentos en que el tipo de predicación tradicional comenzaba a hacer agua. Me inicié en esta labor junto al P. Tomas de Bustos por tierras santanderinas. Casi fueron mis primeras y últimas experiencia sobre las misiones populares, que no tardaron en agonizar y morir. Otro tipo de pastoral y predicación comenzaba a nacer, los ejercicios espirituales para jóvenes en los colegios cristianos.

   ¿Qué temas me pedían? Los temas que les preocupaba era la masturbación y el tema de las relaciones prematrimoniales. Experimenté que si no les hablaba de lo que ellos necesitaban, no quería escucharme sobre lo que yo deseaba hablarles. La respuesta recibida en mis años de formación de confesarse y evitar la tentación con el rezo de unas avemarías no me parecía honrado ni justo. Era en cierta medida volver a repetir lo que había hecho conmigo en mis años de formación y me habían condenado en estos temas a la mas absoluta ignorancia.

 

 

  Mi vocación y dedicación a la sexología nace de conocer, aceptar y querer ayudar a los jóvenes y fieles en sus problemas reales. Mientras el evangelizador no se preocupe y escuche sus problemas, éste no dejará interpelar por o que le predican. La experiencia en el trato con los jóvenes es los colegios y con los fieles en el confesionario, me hizo ver y comprender la necesidad de una verdadera liberación sexual para seguir creyendo y no dejar de lado su fe. Capté como predicador, al final de la década de los sesenta: que la necesidad de ayuda en el campo afectivo-sexual era prioritaria en ellos y que orientarles de forma positiva, sana e integral en este tema era evitar el abandono de sus creencias y la practica religiosa.

 

   Movido por una profunda reflexión y no sentirme preparado para realizar esta misión, pedí nuevamente traslado a Madrid busque donde prepararme para poder dar a los fieles lo que me pedían y exigían. Realice los estudios para el doctorado en la facultad religiosa de los claretianos en Madrid. Profundice en la sexualidad de la vida célibe y leí todo lo más actual en este tema, buscando una mayor luz. A su vez me ayudó a actualizar algunas asignaturas teológicas, que yo había recibido antes del concilio. El P. Mata que daba la psicología de la vida religiosa fue una de las mejores experiencias en ese momento.

   Terminadas las asignaturas que me pedía para realizar la tesis del doctorado. Me integré en la Parroquia de la Virgen de Atocha y cree el curso de profundización en la fe para ayudar a los seglares a actualizarse y prepararse lo mejor posible al mundo que nos venía. Cree una comunidad de fe y para ellos sanee su vida afectiva y sexual, que fue crucial para ellos y para nuestro futuro. Todavía me recuerdan como un liberador de su pasado afectivo sexual culpabilizado con agradecimiento por la liberación recibida.

 

   El libro de López Ibor de una “Sexualidad sana” me empezó abrir nuevos derroteros. Con un grupo de médicos prestigiosos de ese tiempo hicimos unos cursos de reciclaje donde cada uno daba la materia en la que trabajaba. Los grupos del movimiento matrimonial cristiano con los que  me reunía, me motivan a seguir preparándome cada vez mejor en estos temas del sexo y del afecto. Hasta que un día encontré en un periódico el anuncio de un curso de sexología dirigido por Efigénio Amezua.

   Este fue el momento de comenzar una formación académica y con los mejores profesionales del momento en las distintas asignaturas. Estos cursos fueron mi primer escalón de una formación, actualización, profundización y especialización que unida a mi investigación y lectura de todo lo que salía sobre el tema. Todo ello me llevó a dedicar mí vida a la sexología y la terapia sexual.  

   La labor realizada en los colegios con niños y jóvenes, me llevo poco a poco a la convicción, de que tenía que comenzar esta educación por sus padres y educadores. La práctica me aporto una gran verdad: que la mejor terapia era una educación sexual sana, positiva, integral, evolutiva, gozosa y realizadora. Gracias a un pedagogo salesiano profesor en la Pontificia de Salamanca, entre a trabajar en el Instituto de Ciencias de la Educación. Esta puerta de los cursos de Monitores en Educación Sexual, me dio la oportunidad de formar a muchos docentes, que podían impartir la educación en sus centros. Esta ha sido una labor, que desbordó un poco mi vida, pero para bien de muchísimas personas. Tengo carpetas llenas de los justificantes de estos cursos impartidos por casi 35 años.

 

   Los jesuitas de Comillas de Madrid me recomendaron para participar como profesor en el Curso Superior en Gerontología: Clínica y Social de la Universidad de Santiago. Este master me abrió las puertas de la sexualidad de edad avanzada, en un momento en que Europa comenzaba a crecer el número de estas personas. Nacieron las universidades para mayores y he participado en algunas de ellas. Tuve por estas fechas la invitación del Congreso Internacional de Gerontología y por primera vez se introdujo el tema de la sexualidad en esta ciencia. La ponencia se titulaba: “el mito de un anciano perverso sexual”. La acogida por todos los sectores que participaban no pudo ser mejor.

 

  La TV española me invito a participar en varios programas sobre estos temas. Como fruto del éxito, la Editorial Temas de Hoy, me animó a escribir un manual sobre la sexualidad del anciano. Su titulo fue: “El sexo no tiene edad”. ¿Cómo aman las personas Mayores? A partir de este y otros acontecimientos, comencé a profundizar de manera autónoma en la sexualidad de edad avanzada y todo lo que salía lo buscaba y leía con gran ilusión y esperanza de encontrar todo lo que necesitaban estas personas. Mi madre cuando salió este libro y se lo leyó en una semana a sus 80 años, Me dijo: “hijo ya pudieras haber nacido antes que yo y papá, para que no hubiéramos sufrido tanto”. Se convirtió en mi mejor apoyo y colaboradora.    Desde los principios alumnos y personas que me amaban o conocían, me animaban a escribir sobre el tema. Pero lo mío nunca fue el escribir, sino el sembrar a través de la palabra. La palabra ha sido mi pluma escritora y liberadora de la sexualidad. Lo mío no ha sido la evangelización a través de la escritura, sino a través de cursos, preparando alumnos, profesores, parejas, jóvenes y niños para impartir esta área de la educación integral de la persona. Han sido mis propios alumnos los que me animaron a publicar el material de estos cursos. No dudé en aceptar la ayuda para ordenar mi material y cumplir su deseo de verlos publicados.

   Mi aportación más genuina al campo del sexo, sexualidad, erótica  y educación sexual ha sido la visión holística integral, cuando todavía nadie hablaba de ello y menos en nuestra patria. Una visión cristiana encarnacionista tiene como objetivo prioritario educar en una actitud sana, positiva e integral. En un manual de educación sexual del Master de la UNED, un profesor no creyente me definía como el principal defensor y propagador de la antropología holística de la sexualidad en Europa. Creo que esos apelativos son exagerados, pero en los ambientes científicos así se percibe mi aportación a este campo de la ciencia. La lectura de mis libros es el mejor testimonio de esto. Llegué a esta teoría desde la ciencia de los modelos biomédicos en la que me formé en un principio. 

   No se puede educar ni evangelizar en este campo desde posturas negativas, represivas y de conservadurismo integrista. Junto a una actitud positiva, que va muy unida a la imagen que tenemos de Dios, la otra gran aportación en mi labor evangelizadora, para creyentes y no creyentes, ha sido la visión integral, la persona es un todo sexuado, sexual y erótico, por tanto la sexualidad no puede resumirse a genitalidad reproductora como hace la Iglesia normalmente y la sociedad a una genitalidad erótica.

   Hay que pasar del pene y vagina al cerebro, que es la verdadera batuta de la orquesta de la vida sexual humana. Esto nos hace comprender que la mejor terapia es una sana, positiva educación sexual desde antes de nacer. La mejor práctica sexual es una buena teoría desde donde educar y prevenir.

 

   Uno de mis sueños en el mundo actual cristiano donde trabajo, es animar a los teólogos cristianos a realizar partiendo del Evangelio de Jesús una teología holística de la sexualidad para poder dialogar desde la fe con el mundo de hoy. Pienso que una Iglesia que se queda anclada en una visión parcelaria genital-reproductora-heterosexual-matrimonial, separada de la vida real, de la sociedad, de la cultura, termina siendo más que una buena noticia evangeliza en negatividad y falsedad. No tanto por lo que enseña, sino por lo que deja de enseñar.

   Cuesta mucho en este campo ver a la Iglesia como una madre que anima y alienta a buscar la verdad, siendo comprensiva con los errores de esta búsqueda. Sin ellos ni se vive ni se aprende. No olvidemos que el pasado la ha cargado con una mochila llena de sexofobia. Ha convertido el evangelio en una moral sexual y no en una forma de vida espiritual de seguimiento a Jesús. En algunos momentos de mi vida me ha tratado como suegra gruñona y pesimista. Sin embargo, no me siento herido por ello. Eso me ha ayudado a ser más reflexivo, a luchar, a profundizar, a buscar lo que no veo claro, a ser humilde con la verdad sexual, abierto a otras formas de verla y animarme a dedicar mi vida a seguir buscando la verdad total. Que he de morir sin encontrarla, que lo positivo es irla arañando poco a poco, pensando en lo que eso libera y anima a los demás. La Iglesia no debe usar la sexualidad como un poder  de dominio sobre sus fieles sino como un servicio, que les libera de tantas cargas y cargas muy pesadas, que los dirigentes no llevarían. Si quiere hacerlo al modo de Jesús, debe usar el evangelio para sanar, liberar, humanizar y eliminar la sexualidad humana cargada de tantos mitos, tabúes y falsas creencias.

 

   Junto a mi labor educadora, no debo olvidar mi labor terapéutica. Como cristiano me di cuenta de que la mayoría de los pacientes que venían y pedían mi ayuda, eran creyentes como yo. La consulta terapéutica se ha convertido en mi mejor labor pastoral dentro de la Iglesia. Me ha hecho tomar conciencia de que Jesús era un gran curador holístico en su tiempo. El biblista P. Benua me aportó, la comprensión de la curación de Jesús de la hemorroisa. Para el este evangelio es como las bodas de Caná, un signo sacramental de Jesús de curación de la sexualidad. El gran sacramento de la bondad de la sexualidad humana. Lo que la mano creadora de Dios ha hecho bueno, no pueden hacerlo malo los hombres. Los hombres religiosos de su tiempo habían hecho impura la sexualidad de la mujer. La mujer al tocar la bondad del hijo de Dios, lo vuelve de nuevo puro. Le quita la razón a la religión y se la da a la sexualidad.

   Sí aprendí desde la experiencia terapéutica, que la mejor terapia era una buena educación. La visión holística, no sólo es una buena teoría educativa, sino que a su vez es una buena teoría terapéutica, sabiendo aplicar. Te ofrece el camino de desaprender lo mal aprendido y te ofrece una actitud positiva y un camino de aprendizaje sano, evolutivo, gozoso e integral. La pastoral cristiana de la sexualidad debería ser una terapia holística de las personas. Los pastores verdaderos terapeutas holísticos como Jesús.

 

   ¿Tienes algún seguidor que pueda continuar tu línea? Es la pregunta que me hacen muchos compañeros y dominicos. La orden dominicana, siempre me ha apoyado y ha aportado muchos campos de trabajo. Pero no he encontrado ningún continuador5, si algún admirador. En el clero secular tengo varios y, sobre todo, en seglares creyentes y no creyentes. Muchos de ellos cambiaron su profesión para prepararse y realizar esta labor. Hoy ocupan cátedras en muchas universidades españolas. Algunos gozan de gran prestigio en las áreas donde trabajan. Mi trabajo en este campo, creo que no ha sido inútil. Sus frutos sólo los conoce Dios.

 

   No puedo olvidar en mí vida un suceso, que ocurrió en el mes de agosto del 1999. A las 7´30 de la tarde fui secuestrado en Irán por un grupo de talibanes de Afganistán. Me encontraba visitando las tribus maniqueístas para poder comprender su in flujo en el mundo bíblico. Cenando en el hotel entró un grupo de talibanes armados hasta los dientes y nos secuestraron a cinco hombres. Fueron 17 días por el desierto de Irán en dirección a la frontera con Afganistán. Este acontecimiento marcó mi vida para siempre y para bien. Una de las principales cosas, que me aportó, fue el aprender a valorar las cosas más pequeñas para ser feliz. Como disponer de libertad para hacer mis necesidades cuando quisiera y sin nadie que me quitara mi intimidad. Si alguno quiere conocer esta realidad de mi vida, cuento la historia más ampliamente en otro lugar de esta página de Internet.   Podéis ver noticias en estos enlaces:

http://elpais.com/tag/cosme_puerto_pascual/a/

  http://www.elmundo.es/elmundo/1999/septiembre/01/internacional/secuestro.html

http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1999/08/16/019.html

http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1999/09/03/026.html

 

   En estos momentos de mí vida estoy gozando de mi jubilación. Me he propuesto aprender a vivir la asignatura más difícil de mi vida: “Una ancianidad gozosa y realizadora”. Comprendo que es la asignatura más difícil de aprender y sobre todo de aprobar de mi vida. Escribo algunos artículos para revistas e Internet.  Procuro estar al día en esta materia y participar de algunos simposios a los que soy invitado. Sigo con cursillos a profesores, parejas, jóvenes y múltiples charlas a padres. Este último año he reducido mi trabajo por las limitaciones de la edad. Voy notando que no soy el joven que fui, con la maleta al hombro por las estaciones de las ciudades y de los pueblos. Tal vez, por ello, sea el tiempo de ponerme a escribir más, pese a no ser escritor y reconocer que me cuesta mucho por no haber sido educado para ello. Me ha costado disminuir mi ritmo de trabajo, pero lo necesitaba por muchas razones.